Archives en junio 22, 2020

LA FIESTA DE PENTECOSTÉS

La articulación de una teología pentecostal, llega hasta el corazón de la fiesta de Pentecostés.  Esto nos indica que para entender al pentecostalismo hay que estudiarlo como movimiento y desde adentro, sin inhibiciones ni prejuicios. De lo contrario, el estudiante se frustrará pues tendrá que evaluar al movimiento basado en marcos teológicos extraños al pentecostalismo. Nada más erróneo que intentar evaluar a una teología sin conocerla.

Biblia, Libro, Bombilla, La Luz, Ilustración

Los desafíos de estudiar a la figura de pentecostés como símbolo de la teología son múltiples. 

  • ¿Cómo es que funciona este evento histórico de manera que podamos utilizarlo como símbolo teológico? 
  • ¿Cómo emplea la teología pentecostal a pentecostés sin el riesgo de ser acusado de reduccionismo teológico o primitivismo histórico? 

En otras palabras, ¿cómo nos movemos de pentecostés a pentecostal y viceversa? La respuestas a estas preguntas requieren que pentecostés sea visto como el símbolo teológico de la teología pentecostal.  Veámoslo desde tres puntos claves que surgen en la discusión: 

  1. Primero, formulando una posición teológica genuina enfocada en la fiesta de pentecostés.  Acá la tarea inicial es desarrollar y articular las fuentes bíblicas que informan a la teología desde el día de pentecostés hasta hoy y, mostrar cómo es que esas fuentes se pueden utilizar de manera consistente en la implementación práctica de la fe. Acá estamos hablando de una teología que cobra vida en el campo de la práctica. Esta no se queda solamente en el nivel del razonamiento abstracto que es difícil de entender y explicar. Al contrario, a través del símbolo de pentecostés el creyente enriquece su fe y conocimiento de doctrinas practicables en la vida diaria, en la comunidad. 
  2. Segundo, el marco narrativo teológico del día de Pentecostés captura las convicciones teológicas del movimiento. En este marco está comprendida la historia de la redención dentro del plan de Dios para la humanidad. A la fiesta de pentecostés las personas venían al altar a encontrarse con el Dios redentor, quien eventualmente se encarna en la persona de Cristo y este se convierte en el sacrificio del pueblo para satisfacer los requerimientos de la salvación. Desde el punto de vista de esta narrativa se puede identificar claramente al ‘evangelio completo’.  
  3. Tercero, el principio del ‘evangelio completo’ analiza cómo es que la narrativa de Lucas se basa en la espiritualidad, la experiencia, los afectos y las prácticas concretas de una adoración y servicio total a Dios. Como hemos visto, esto concluye con el llamado al altar. La respuesta de los creyentes al llamado al atar es lo que identificamos como el momento en que la fe se vuelve tangible en la comunidad de fe. 

La fiesta de pentecostés se muda de una condición simbólica a una transformación práctica. Esto último también revela el momento en el que Dios se encarna en la persona de Jesús. El Dios eterno vuelve tangible y real para la humanidad. Pero en su condición de hombre el Hijo se presenta asequible, vulnerable y humilde. El toma una posición de siervo y eventualmente de sacrificio. La fiesta de pentecostés alcanzaba su clímax en el altar del sacrificio. Era ahí donde el Padre completaba su obra redentora. En realidad hay una conexión muy estrecha entre el símbolo de pentecostés y el evento real del Gólgota. Este y otros simbolismos pentecostales fortalecen la fe y establecen el fundamento de una teología pentecostal del camino.

(Continuará la próxima semana)